Has mordido el polvo,
como las serpientes agotan sus caminos,
en soledad, sola,
buscando los rincones y la fama,
¿para qué? para nada.
Tus ojos han perdido los colores que inventaban,
la música apenas se oye y
las noches se vienen demasiado largas,
se rompen las olas en tu pecho,
tienes las murallas bien puestas.
El viaje comienza después de los horizontes
y todavía no elegiste destino,
la carretera hoy es demasiado estrecha,
tan peligrosa como los dientes de tu corazón,
que se tiran a morder… Y muerden.
iñaki navarlaz rodríguez
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