Apuntan con las balas ya afiladas,
después, recogen a la muerte,
la dejan durmiendo con la inocencia,
diseñando las lápidas y las tumbas.
Sus colmillos parecen
claveles para los enamorados,
el tiempo, lo cubre todo,
los cementerios, son vacaciones de verano.
Otro día,
vuelven para sacar
las tripas al corazón,
para que no olvide que sólo es un perdedor.
Ahora, son los tanques
los que dan los besos,
los que se comen a la esperanza,
los que ahogan hasta los suspiros.
iñaki navarlaz rodríguez
Imagen https://pixabay.com/es/photos/cartuchos-armas-la-guerra-2166491/