Desde ojo ajeno, las manos del prójimo, intuí el magma corrupto de la tierra. Desperté a una orilla, vestí sus ropas de ceniza, en el temor del fuego caminé pie enjuto la senda calcinada. Hoy, de mis ojos, de mis manos, arrojo agua al sendero, mañana, cubro oído y mirada. Canto bien alto, entretenido el […]
a través de Pasión inútil — Palabras del camino