Pero no se detiene

A veces el amor grita
mientras se ahoga debajo del agua,
se hunde en los silencios, tan solo,
que no se encuentra ni en el infierno.

El camino se va olvidando tan despacio
que se pierde en mil laberintos extraños,
donde el frío se adueña de los veranos,
donde los cuerpos se balancean ahorcados.

A veces el amor se encuentra
todas las piedras del destino,
pero no se detiene, avanza poderoso,
con la mirada puesta de caricias y besos.

El camino se va haciendo tan despacio que
ya no le importa por donde va,
él es el sentido de todo,
donde se amarran la vida y los deseos.

iñaki navarlaz rodríguez

Desencuentros

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