Ya no tengo sombras ni reptiles
que puedan devorar mi alma,
sólo quiero caminos inexplorados,
llanuras y montañas inalcanzables.
Mis pies en su desnudez infinita
riegan las huellas que me dan de comer,
y como, a la vida como un cazador de la sabana
en cada instante, en cada mirada.
Y ahora que sé que me queda todo
no quiero detener mis pisadas,
me traigo los horizontes que no llegan,
me rearmo las caricias y las manos.
iñaki navarlaz rodríguez
Cajón desastre
*Imagen: https://pixabay.com/es/photos/puesta-del-sol-sun-cielo-de-noche-2021266/