Tengo ese miedo que antes se escondía,
rebosante de sal y de mentiras.
Ahora surge imparable del corazón
que hecho trizas revuelve
hasta las pisadas,
las enmascara.
Huyo.
Huyo
porque sí,
porque tengo vida
y el pecho descubierto.
Ese miedo no puede agarrarme,
por eso lo enfrento con palabras,
las que liberan los pajarillos del alma.
iñaki navarlaz rodríguez
A la contra