De lejos vienen tus labios
a morder la piel y los sentidos,
a despojarnos del viento y de la tierra,
a dejarte mecido el corazón.
De lejos llegan tus manos
a coger las caderas y la mirada,
a movernos entre las nubes y el sol,
a traerme la emoción al corazón.
Y allí, de lejos, de donde te vienes,
nos iremos a explorar el horizonte,
la piel y las miradas, allí,
al fin del mundo, donde comienza todo.
iñaki navarlaz rodríguez
Cajón desastre