Siempre intentaremos que nuestrs hijs mantengan la mirada llena de colores y los oídos de canciones.
El abismo, Naima, es incoloro y silencioso. Algunos nacen allí. Otros lo crean. Nadie se preguntó nunca cuántos arcos iris puede vomitar un padre, cuánto gritar soportan sus piernas. Nosotros jugábamos a ser camino, con los ojos abiertos, pero la miseria sabe siempre más y crea malahierba con ojos y dardos.
a través de Incoloro y silencioso — kobo73