Cada vez que me llevas al borde del horizonte
y me haces desplegar las alas de mi alma
comienzo el vuelo que me lleva;
a ninguna parte o a todas,
por un camino de nubes y soles.
Cada vez que me enseñas el precipicio
retomo con fuerza la altura de mi camino,
ése que antes terminaba siempre ahorcado
y que ahora está lleno de pasos,
de misterios sobre los que me quiero abalanzar.
iñaki navarlaz rodríguez
Cajón desastre
*Imagen https://pixabay.com/users/nadja-golitschek-8279926/ -editada