Ya no me quedan títulos para los poemas.
Se han ido quedando congelados en las venas,
olvidadizos, como mis pensamientos más lejanos,
aquéllos que brotan de las tempestades y la lujuria
para arrastrarme por debajo de la vida.
Y es que los títulos ya no tienen palabras,
las han abandonado a la suerte de los gafes,
a esos momentos que tiene el cielo antes del huracán,
ése que se llevará en sus alforjas toda esperanza
de encontrar los versos en los libros de la ciencia.
Ya no me quedan títulos para los poemas.
Y quizá ni siquiera para la vida,
¡malditos títulos! ¡malditos poemas!
que me dejáis en medio de una película olvidada,
ésa que no quiere decir de mi nombre, el título.
iñaki navarlaz rodríguez
Cajón desastre
*Imagen de https://pixabay.com/es/users/geralt-9301/