Soy el pájaro al que rompieron un ala;
un soñador de sueños inacabados
que va huyendo de la realidad
y de los amores pasajeros.
Soy el niño que no llegó al cielo,
el cuervo al que sacaron los ojos;
y sólo sé, lo que no deseo,
ver morir y volverme loco.
Soy el vaso que siempre está vacío,
el ridículo sin público;
escuchando el canto que se pierde
en el desierto árido de los pensamientos.
Soy el fuego que se quema solo,
el extraño dibujo del genio incomprendido;
huyendo en el tren del absurdo
sobrevivo en este mundo herido.
Soy como el sol sin la luz,
como el relámpago sin el trueno,
como el río sin el agua,
¡soy! y no soy, ¡voy! y no voy;
y quizá sea el momento de perderse
en el ser de un vagabundo que no siente.
iñaki navarlaz rodríguez
Puertas de metal
*Imagen de GamOl