Nos han tirado a los carroñeros, ¡a qué nos devoren!
sin defensa, sin poder clavar nuestras fauces
en sus malditos corazones de hierro,
nos han dejado desmembrados en el centro de la tormenta.
Y ya no hay salida, ni siquiera camino angosto,
sólo parece que en esta nueva soledad que nos amarra
la felicidad que nos atrae es otra mentira de billetera,
una vida demasiado plastificada y muy poco acompañada.
Así, derretidos de corazón y de palabras
hacemos recorrido de la vida al desasosiego,
ése que no vemos porque ya no tenemos mirada.
La hemos echado a la sopa de carroña.
iñaki navarlaz rodríguez
Poesía de palabras duras
*Imagen de Clker-Free-Vector-Images