Se han retorcido los renglones de dios;
ya han salido a quemar las calles con los aceros
de sus botas de montar reconquistas falsas
para los imbéciles de pensamiento y corazón.
Se han agotado las banderas y los aguiluchos imperiales,
han caído por los barrancos la libertad y las alegrías;
han quedado asidas por los dedos a la roca que las salva
de morir en el infierno del recuerdo presente… De momento.
Y ya están aquí, los que nunca habían faltado,
los orcos de la vida, y la muerte,
los salvadores del miedo y el horror,
los que no dudarían en ponernos ante el paredón.
iñaki navarlaz rodríguez
Poesía de palabras duras
*Imagen de DasWortgewand