No encuentro palabras que callar
ni caminos que vencer,
todos los días son derrota,
como remar río arriba, en soledad,
en un silencio casi derretido
en sentimientos ya terminados
como la saliva que no quiere secarse
en las bocas de las fieras que arremeten
todos los días, en cada instante,
y abandonado a la suerte en declive
encuentro las lágrimas que no se secan,
las únicas que a veces se arrancan
en sonrisas inacabadas y perennes,
tan perennes, como el deseo de no abandonar,
de ser siempre en lucha imparable.
iñaki navarlaz rodríguez
Cajón desastre
*Imagen de RiomarBruno