Me mordiste en el vientre con los labios
que te habías pintado con el corazón,
con el viento volaban tus palabras, bailabas,
yo miraba, un vaso se vaciaba entre mis manos,
un cigarro, lágrimas que zozobraban en tu mirada.
Seguimos cogiéndonos en oscuros rincones
bordeando la ciudad, pasos,
voces que ya no miraban,
y la luna que en silencio se iba yendo con el sol
a mirar las nubes, no hubo tiempo para decirnos adiós.
Y te volví a soñar subido a los tejados,
y te vi quemando las calles bailando
rumbas con los charcos del invierno;
cerca una botella para flotar hasta tu ventana
cuando desnuda te subías conmigo.
Perdimos el rumbo y los caminos que
bajo la lluvia cada mañana nos llevaban
de tu cama a la mía mientras jugábamos
a inocentes en el barco de los piratas;
donde nos robábamos las ropas y los besos,
y olvidábamos todo lo que no nos pertenecía
para cogernos por las cinturas del alma.
iñaki navarlaz rodríguez
Corazones Idiotas
*Imagen de Free-Photos
Un comentario en “En el barco de los piratas”
Los comentarios están cerrados.