Esos largos caminos donde no existen las esquinas
me están arrastrando de vuelta al principio,
a ese lugar en el que las sombras no caben,
a ese lugar, en el que despojarse de todo equipaje.
Allí, empezaré a aprender a caminar,
a rozar las nubes con mis dedos,
a palpitar cabalgando con las palabras
que rodean los juegos y los sueños.
Y jugaré.
Y soñaré.
Porque ya no tendré deudas ni con mis latidos.
iñaki navarlaz rodríguez
Cajón desastre
*Imagen de uniquedesign52