Paraíso

Ayer el amanecer fue más resplandeciente,
como si quisiera darnos su último aliento,
mientras tanto, el mundo gritaba al vacío.

Los momentos pasaban como el frío en primavera,
la noche era un lugar donde la paz
ideaba la guerra que necesitaba.

Miles de años alimentándonos de las piedras,
y cuando tenemos unos labios al alcance,
éstos están en huida para siempre.

¡Y parece mentira tener un mundo en el que
las serpientes se arrastran con más felicidad
que ese hombre en desesperada búsqueda
de la vida, y cacique de la muerte!
iñaki navarlaz rodríguez

Puertas de metal

*Imagen de Foto-Rabe