¡Y sí!
Me arrancaste de la piel las caricias y los sudores,
merodeaste entre las sábanas mis labios,
me trajiste al corazón la vida que se me escapaba,
lloraste sobre nuestra fiesta de entrecortados jadeos.
¡Y sí!
Volvimos a buscarnos desde lejos para tocarnos cerca,
para que la lluvia regresara por su camino mostrando primaveras;
y tus palabras se metieron en mi boca para ser las mías,
te quiero, y no quiero que pises el vacío del tiempo sin nosotros.
¡Y sí!
Nos pusimos en modo sexo y amor hasta el final,
ajustamos los segundos a siglos para siempre,
dejamos que se cayera la vida que pasaba fuera,
y cogimos la nuestra por las riendas de nuestra piel.
iñaki navarlaz rodríguez
Cajón desastre
*Imagen de Diario16