Antisocial

Se arrastra por las calles con su heroína
rematado por las porras de los guardias en la sombra,
huye siempre de barra en barra
buscando un abrigo guardaespaldas,
un tazón de vino como desayuno
basura para hacer la cama,
a ratos se le deshoja la vida
y siente que no vale nada.

Como un cadáver que aún respira
delira con barcos a playas perdidas,
también vomita en las puertas de dios,
pelea con una cuchilla de plastilina,
y saluda al viento que lo zarandea
mientras escupe a la sociedad que lo condena.

iñaki navarlaz rodríguez

El pasajero de la incertidumbre

*Imagen de Free-Photos