En el camino me he encontrado miradas
que ya poco tenían que decir,
como perdidas en el rumbo de la desolación,
arrebatadas de cualquier emoción por el horizonte.
Y es que el mar con sus garras bien afiladas
ha salido a la caza de los sin nombre,
como si su hambre desaforada fuera la respuesta
a los estómagos de los reinos descerebrados.
iñaki navarlaz rodríguez
Poesía de palabras duras