Vampiros

Me siento acunado en brazos de una noche igual,
arrastrado por un baile y luego a la calle,
volver a entrar,
buscar,
y volver a salir.

He perdido el control de mi mirada
mientras el humo se mueve entre los pies
de la gente que no habla,
busco,
quizá nada en la vida o en el alma.

El sol ya no quiere aplastar con su mañana
las historias que cubren las estrellas y la luna
en esas noches que tú usabas de mí,
y hoy, son para siempre mías,
mías.

Porque ese querer vampiro que nos flagelaba
durante el tiempo que duró su beso
destruía a cada instante la inocencia
que ya vendimos por unas caricias,
y aquel amor que nos devastaba.

iñaki navarlaz rodríguez

«Corazones idiotas»

*Imagen de Rondell Melling