Como
los barcos zarpan de puerto
mi alma huye del cuerpo
que
la baila siempre hasta el alba.
Las hojas deshacen las ramas
donde
perpetuamente han acechado los murciélagos.
Y
todo va desapareciendo
mientras
la lluvia pinta de rojo el cielo
y
los juguetes se esconden
en
las cajas que van al cementerio.
iñaki navarlaz rodríguez
«Corazones Idiotas»