Llueven balas,
gotas de sangre
que cubren la tierra
con esperanzas acabadas
de vidas.
Mueren solos,
acurrucados en tumbas,
con el aire agotado
silbando esos sueños
ya inacabados.
Iñaki Navarlaz Rodríguez
«A la contra» Dic2017
Imagen de nastazia (Pixabay) – editada
Y hay que seguir buscando, hasta que todos los muertos, salgan a la luz y al aire.
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Porque no los podemos olvidar
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Exacto. Olvidar a mi abuelo materno, por ejemplo, sería olvidar que estoy aquí u olvidar a mi madre. Gracias
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nunca olvidamos del todo, algo o mucho se queda en los recuerdos que hacen que recuperemos aquellos momentos perdidos
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