Rozando con mis alas despeluchadas
el viento que me azota,
retorno lento y sin compasión
a la libertad que nos acontece.
Rumia la tierra entre desesperanzas
el largo camino de lo inesperado,
esa locura que cabalga
a lomos de la nada infranqueable.
Y por fin se abre el bosque
al desierto helado de la jaula,
que pensábamos haber abandonado
pero que parece cada vez más cerrada.
Iñaki Navarlaz Rodríguez (15/11/2017)
Imagen de intographics (Pixabay) – editada