¿Lloráis paredes?
Acostumbradas debíais.
Guardad las penas mías
como a los muertos de la vida,
yo me voy de este mundo,
vosotras permanecéis,
yo dejo este vicio,
vosotras os lo bebéis.
Acostumbradas debíais.
Muchos ojos os han mojado
pero jamás os derrumbaron,
estáis encerradas como yo,
no sentís,
¡oh sí!
mojadas estáis de vuestras lágrimas,
¡no lo neguéis!
¡abrid! ¡abrid!
no suplico ni ruego
sólo quiero vivir.
No son vuestras son de mí.
Iñaki Navarlaz Rodríguez
Imagen de Photographer2575 (Pixabay) – editada