Soy un cuerpo maldito, una mirada perversa
que mira por debajo de tu piel,
y gime de placer cuando contempla
el instante que precede a un beso.
Atrapado por una mente extraña
retuerzo mis pensamientos por un mar
de olas inexistentes y corales venenosos,
y en esos segundos se golpea mi vista
contra el bestiario…
Con el alma de rojo, con los ojos de aturdido,
escucho lo ya callado,
entre mentiras y sórdidas ideas
reclamo un sitio para una historia irreal.
Mientras, tú fracasas al compás de una maraca,
y yo río mi inocencia condenada…
Soy una maldición que se arrastra a por ti,
y cuando llueva morderá tu alma seca
para mojarla de zumo perverso,
respirando el aire que te ahoga
y muriendo para vivir,
vive para soñar,
y sueña para mí.
Iñaki Navarlaz Rodríguez
Imagen de SpiritBunny (fuente Pixabay)