Nireadá, es la tierra que brota
de mis pies,
la lujuria, el pensamiento de hoy,
de ayer,
los labios púrpura que sólo besan
una vez.
“Y los barcos zarparon
hace tiempo ya,
llevados por las corrientes
y los vientos infinitos
hacia un lugar que no existe,
o sí,
lejos, demasiado,
al son de una canción nocturna
que pudiendo derrumbar el día,
lo acuna”
Nireadá, es el cielo que se acurruca
en mis manos,
el pensamiento, la lujuria de ayer,
de hoy,
la purpurina de unos labios marcados
una vez.
“Y los barcos regresaron
hace tiempo ya,
traídos por la brisa
y las olas infinitas,
a esta isla que soy,
o no,
cerca, demasiado,
al son de la música diurna
que pudiendo derrumbar la noche,
la seduce”
La mía es.
Lamia da.
Nireadá.
Iñaki Navarlaz Rodríguez
28/04/2017
Imagen de brenkee (fuente Pixabay)