Quizá parezca que aquellos suspiros
ya no se escuchan, pero sí.
Tal vez esos recuerdos extraños
no sean más que imágenes absurdas y,
estas palabras meras mentiras.
Aún ayer soñé con un dibujo de tu cuerpo,
con una inmensa mirada que nada percibía
porque vivía muerta;
y no sé si este pensamiento atrevido
que recorre y aparta lo desde tiempos conocido,
puede besarte.
Quizá sea un impulso, animal tal vez,
que pretende acercar mis labios
a la página de un cuento sin escribir;
y en esos instantes donde el presentimiento
nos gobierna, pierdo incluso la locura y,
me dejaré arrastrar por el sentimiento
hacia una nube romántica.
Iñaki Navarlaz Rodríguez
1990