Qué difícil es ser persona y
qué lejos queda el principio.
Se me va el alma fuera de la fárfara,
y ya no puedo respirar las palabras
que lentamente dice el silencio.
Hay veces que los ojos no tienen colores
ni los oídos canciones,
entonces, se abren agujeros en la tierra
y brotan flores que son todas de piedra,
y persiguiéndote por las venas
ocupan las autopistas que construyó el corazón,
y te vas por fuera y luego por dentro…
Qué difícil es ser persona y
qué cerca está el final.
Se me va el aire por la boca,
me queda mirar entre los párpados
cada paso del último suspiro.
Hay veces que canto y pierdo el sentido,
siempre entre hopalandas o dormido,
acumulando pedazos de papel manchado
con los nombres de mi vida,
regando la tierra de remanentes
y cenizas de un cuerpo que,
perdiéndose cada anochecer
camina por la prontitud de la nada…
Iñaki Navarlaz Rodríguez
1993-2017