Ya no hay brisas que agarren mis días
y los conviertan en puro teatro,
ya no me quedan apenas balas
en la cartuchera que esconde mi corazón.
Todo se ahoga en los segundos continuos
y hasta dejan de bracear las fuerzas perdidas,
las sumas son restas, y del camino,
del camino sólo quedan las piedras en el zapato.
Ya no hay verdades en mis manos,
y las palabras han estado volando tan lejos
que la vida empieza a ser roca que se marchita,
demasiado tiempo la respiración aguantando.
iñaki navarlaz rodríguez
Fotografía propia
Corazones Idiotas 
¨la vida empieza a ser roca que se marchita¨ este verso me ha traspasado el corazón definitivamente. Me ha encantado tu poesía!!!
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Muchas gracias!!!
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«ya no me quedan apenas balas
en la cartuchera que esconde mi corazón.»
Hermosa metáfora, poeta.
Abrazo.
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Muchas gracias por tus palabras. Un abrazo
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